lunes, 21 de julio de 2008

MANUEL DE CONVIVENCIA

MANUAL DE CONVIVENCIA

Reduciendo en exceso, podríamos pensar que convivencia es saber vivir con los demás. Con lo anterior se limita la convivencia a una simple “coexistencia”. Aquí caben muy bien las normas de buena conducta y de “buenos modales” La convivencia alude al continuo enriquecimiento de las relaciones interpersonales y con el medio ambiente; es decir, a las capacidades para participar, comprometernos, ejercitar, disfrutar y cooperar prósperamente en medio de un tejido social del que hacemos parte.Las normas de coexistencia limitan, que no resuelven, los conflictos interpersonales. En la interacción social es corriente que existan conflictos. La diferencia radica en la forma en que sean identificados, asumidos, resueltos y utilizados para fortalecer aún más el tejido social. Surge aquí una continua búsqueda del equilibrio entre el individuo que busca satisfacer ciertas necesidades sociales, académicas, culturales o de tipo económico y las intrínsecas a la dinámica de tal tejido social del que es participe.

LOS OBJETIVOS DE LA CONVIVENCIAEnriquecer y fortalecer el tejido social de una comunidad.• Propiciar y ejercitar relaciones asertivas con los demás.• Convertirse en un marco de referencia para la prevención, definición, gestión y solución de conflictos interpersonales.

ALGUNOS PRINCIPIOS ÉTICOS• Responsabilidad• Compromiso• Respeto• Honestidad• Cooperación

4. CONCLUSIONES PREVIASLa más importante es que tal como está concebido, buena parte del contenido del Manual de Convivencia, equivale más a un reglamento de alumnos trabajadores.En este sentido, parecería más aconsejable tomar el reglamento de alumnos trabajadores y tratar de hacer algún énfasis en aspectos de convivencia, sin dejar de lado los principios de coexistencia, muy necesarios para su vigencia.Ahora bien, si el asunto es de tramite, bien pueden dejarse las cosas como están, en el entendido corriente de que buena parte de los trabajadores alumnos coexisten nimiamente con la institución, no interactúan cultural ni socialmente con la misma. Para no ir más lejos, aparentemente, nuestros estudiantes parecen no estar interesados en mejorar sus relaciones interpersonales, mucho menos en tomar su experiencia en el SENA como punto de cambio para mejorar como personas, pues su visión tacita de la institución es más bien instrumentalista.Lo anterior explicaría en parte, el cuidado que demuestran con las instalaciones, es decir una coexistencia muy limitada, o muy pobre.Se recomienda en este punto, revisar los posibles avances que pudieran darse para alentar y propender por una concepción real del SENA como una verdadera comunidad de conocimiento, no solo técnico, sino también social.

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